Cuando estamos desarrollando, ya sea en un proyecto personal o por cuestiones de trabajo, a veces necesitamos mostrar información que no tenemos a la mano. Crear esa información desde cero no siempre es viable, sobre todo cuando hablamos de una cantidad inmensa de datos. Aquí es donde las APIs, o Application Programming Interfaces, entran al rescate. Hoy te voy a contar qué son, cómo funcionan y por qué son herramientas súper útiles para cualquier aplicación que desarrolles.
Una API, o en español “Interfaz de Programación de Aplicaciones”, es básicamente un puente que conecta tu aplicación con otra plataforma para intercambiar información. Es como un mensajero que va y viene con datos. Por ejemplo, cuando usas una app para pedir comida, una API podría ser la encargada de decirle al restaurante lo que quieres y de regresar a tu app la confirmación del pedido.
En términos más técnicos, una API define cómo dos sistemas de software diferentes pueden interactuar entre sí de manera estándar y eficiente, sin que tengas que preocuparte por los detalles internos de esos sistemas.
Las APIs no son algo nuevo, pero su popularidad ha crecido muchísimo en los últimos años. Su origen está en la necesidad de conectar aplicaciones de manera eficiente y segura. Antes, integrar sistemas diferentes era un dolor de cabeza; ahora, con las APIs, esta tarea se simplifica enormemente.
El propósito principal de las APIs es facilitar la comunicación entre sistemas. Por ejemplo, cuando quieres que tu aplicación muestre el clima actual, en lugar de recopilar datos meteorológicos tú mismo, usas la API de un servicio como OpenWeather. Esto ahorra tiempo y recursos, además de que asegura que siempre tengas información actualizada.
Para entender cómo funciona una API, imagina que estás en un restaurante. Tú eres el cliente, el menú es la interfaz que te muestra lo que puedes pedir, y el mesero es la API.
Tú revisas el menú (lo que la API ofrece) y decides qué pedir.
El mesero toma tu orden (tu solicitud) y se la lleva a la cocina (el sistema del restaurante).
En la cocina preparan tu comida y se la entregan al mesero.
Finalmente, el mesero te trae tu platillo listo (la respuesta de la API).
Este proceso es exactamente lo que pasa con las APIs: haces una solicitud, los datos se procesan en el servidor, y luego recibes la información que necesitas.
Si estás interesado en desarrollar proyectos con base a APIs o solamente quieres tener un poco de experiencia con el uso de las mismas, te dejo algunas páginas donde puede hacer uso de las mísmas a base de una API:
Poke Api: Esta API sobre Pokémon es un clásico. Te permite acceder a datos como nombres, habilidades y tipos de Pokémon. Es perfecta para entender conceptos básicos y crear proyectos divertidos.
TMDB: Si te interesa trabajar con información sobre películas, esta API es ideal. Puedes consultar datos como sinopsis, actores y más. Solo necesitas registrarte (pero no te preocupes, es súper fácil).
PublicAPis.dev: Este sitio es un paraíso para quienes buscan APIs de todo tipo. Es seguro, fácil de usar y encontrar opciones para prácticamente cualquier proyecto.
Las APIs son herramientas poderosas que nos permiten integrar información y funcionalidades en nuestras aplicaciones sin complicarnos la vida. Ya sea que estés desarrollando algo sencillo o un proyecto más avanzado, conocer cómo funcionan y aprender a usarlas te abrirá muchísimas puertas.
Así que no dudes en explorar alguna de las opciones que te compartí y empieza a jugar con APIs en tus proyectos.